I like to think of myself as a citizen of nowhere and everywhere with a permanent placement on Neverland. It's how I feel, especially lately that I'm getting closer to a decade of not living in my hometown, Dominican Republic. Still, I get a lot of shit back home for any changes in my accent, my suppossedly new customs, how I dress and even my eating habits. It used to make me mad, as a firm believer that, without losing your essence, you need to adapt yourself to wherever you choose to set roots after a certain period of time, and that implies some unavoidable changes. Now, I let it go, but still find it slightly unfair. See, when I was younger, I was accused of being "too yankee". Having lived in the States (deep, profound South, actually) during several periods, I had a lot of American influence. Then I moved to Spain, and I am now officially "too Spanish" for some. And to top it off, for my friends who come from all over Latin America I can be "too Dominican" at times. I actually get asked to "turn off my native accent" by my Spanish to-be-determined male companion when he can't understand me (usually during a fight). It's my own personal Babel.
So there you have it. Ironically, I'm no longer "too yankee" since I hardly ever speak English around here, except with Babaloo. I can't use anglicisms or spanglish being that it is frowned upon. My Spanish is now a slight mix of typical words from Guatemala, Ecuador, El Salvador, Perú, Costa Rica... Hell, I can say "slut" in any of them. But my friends are my family abroad with whom I spend most of my time, it is bound to rub off. I hardly hear my native accent except when I speak to my family, but I interact with typical dominican phrases just to keep saying them 'cause I love them, even if no one gets it. I will never, under any circumstance, stop saying "vaina" although it pisses people off. I will always be loud - hence, my nickname Parrot. I can eat hot soups during even hotter temperatures. I will always be a proud dominican, but I'm also latin, american, spanish, taina, panchita, guatemalan-wannabe and above all, accepting of any culture that opens its arms to me and any custom that I like. Just because I can, I believe it makes me a better person. Because I'm not afraid of change, dammit.
¡First shorts of the season! What I lack in tanning I make up for in will.
Me gusta pensar que soy ciudadana de todas partes y de ninguna, con nacionalidad permanente en el país del Nunca Jamás. Así me siento, en especial ahora que estoy más cerca de la década de vivir lejos de mi país de origen, República Dominicana. Aún así, aguanto muchas vainas cuando estoy allá por los cambios en mi acento, mis supuestas nuevas costumbres, cómo visto y hasta mis hábitos alimenticios. Me solía molestar, siendo una firme creyente de que la gente puede y debe adaptarse, sin perder su esencia, al lugar donde decide echar raíces luego de un cierto tiempo, lo cual inevitablemente implica algún cambio. Hoy en día ya no me afecta tanto, aunque me sigue pareciendo injusto. Verán, cuando era joven, se me acusaba de ser "demasiado gringa". Había vivido en el sur profundo de Estados Unidos durante algunos períodos de mi vida, con lo cual tenía bastante influencia americana. Luego me mudé a España, convirtiéndome oficialmente en "demasiado española" para más de uno. Y para rematar, mis amigos que son de todas partes de Latinoamérica me encuentran "muy dominicana" por momentos. Incluso cuando tengo el "taíno revuelto" y me peleo con el pariente me suele pedir que apague el acento dominicano porque no me entiende. Es mi propio y muy personal Babel.
Así son las cosas. Irónicamente, ya no soy "demasiado gringa" dado que apenas hablo en inglés, excepto con Babaloo para no perder la práctica. No puedo usar anglicismos ni "spanglish" ya que aquí está mal visto. Mi castellano contiene una alta mezcla de palabras españolas, ecuatorianas, salvadoreñas, peruanas, costarricenses... De hecho, puedo decir "chopa" en cualquier versión (choni, chola, soncha, pola, grencha, shuma, trola...) Es que como decimos nosotros, "en el extranjero los amigos son la familia" y esta gente está conmigo siempre, es inevitable que nos contagiemos costumbres. Apenas escucho mi acento de origen excepto cuando hablo con mi familia, pero sigo usando frases típicas dominicanas porque me encantan, aunque nadie me las entienda. Nunca, bajo ninguna circunstancia, dejaré de usar la palabra vaina ni utilizaré la "zeta". Siempre seré escandalosa, de ahí mi apodo Parrot. Puedo y seguiré comiendo sancocho en pleno agosto a pesar del calor. Siempre seré una dominicana orgullosa de pura cepa, pero también seguiré siendo latina, americana, española, taína, panchita, aspirante a guatemalteca y sobre todo, alguien que acepta cualquier cultura que le abra los brazos y las costumbres que le gustan. Porque me da la gana, porque puedo y porque creo que me hace mejor persona. Que a mi no me asusta el cambio ni tengo complejo, carajo.
¡Mis primeros shorts de la temporada! Me falta bronceado pero me sobran ganas.
Pictures: Raquel Expósito
Jacket, Shoes: Zara (old)
Shorts: Oysho
Bag: & Other Stories (sold out)
Rings: Asos
Necklace: Pull & Bear